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miércoles, 20 de marzo de 2013

Huevos de Pascua

Durante generaciones el Domingo de Pascua se ha celebrado con la decoración de los huevos de Pascua. El huevo siempre ha sido un símbolo de vida y fertilidad y al que se le atribuía un papel importante en todas las celebraciones del inicio de la primavera. En el siglo XIII comenzaron a pintarse los primeros huevos de Pascua, como una forma de conservación de este alimento en Cuaresma los bañaban con una fina capa de cera líquida.


En China comenzaron a regalarse como símbolo de amistad huevos teñidos de rojo durante las fiestas del equinoccio de primavera. Este color para los chinos significa larga vida y felicidad, así comienza una tradición que se mantendrá a lo largo de los años. Más tarde fueron los persas los que comenzaron a decorar e intercambiar entre ellos huevos dorados y pintados minuciosamente.


Con el paso del tiempo en los países eslavos, se comenzó a llevar canastas llenas de huevos el día de sábado santo para ser bendecidos y después ser tomados en el desayuno del domingo de Pascua en las casas. En Rusia existía la costumbre de elaborar en la época de los zares, verdaderas joyas en forma de huevo, costumbre extendida hasta la época de la revolución, famosos sobre todo aquellos diseñados por el joyero Fabergé.
En Europa Central donde más arraigada está es entre polacos, eslovenos y ucranianos que son famosos por sus elaborados diseños, cada línea tiene un significado.
En muchos países el huevo no se aprovecha cocido una vez pintado, sino que es vaciado y solamente es la cáscara la que va coloreada. Es lo que ocurre por ejemplo en Alemania, donde es típico colgar los huevos de Pascua en árboles que se colocan en las casas como símbolo de buena suerte.


En los escaparates de las pastelerías podemos deleitarnos con huevos de chocolate de todos los tamaños y decoraciones, monas de pascua con diseños de moda que hacen las delicias de los más pequeños.
Una manera fácil de hacer huevos de Pascua únicos y coloridos es utilizando acuarelas de colores rojo, amarillo, azul, verde, naranja y morado que permiten crear cáscaras coloridas.

Galeria de mealisab

Cocemos los huevos y empezamos a darles una base de pintura, puedes  hacerlo con formas.


Luego puedes dibujar sobre la superficie mojada con un lápiz de color soluble, los venden en tiendas especializadas, el motivo que elijas, incluso garabatos. El resultado es una línea suave ideal para los detalles. Dejar secar.




















Sí no queréis complicaros siempre podéis pintarlos directamente con ceras, eso sí, con mucho cuidado.


Otra manera super sencilla con garabatos en blanco y negro. Hacer un agujero y que desaparezca la yema. Con un rotulador negro plasma todo lo que se te ocurra.


Cómo nos encanta el washi tape que te permite pegar y despegar hasta que te guste tu diseño. Combina colores, estampados y formas.


Coloca una buena cantidad de glitter en polvo en un recipiente hondo. Luego pinta la superficie con un poco de cola utilizando el pincel y coloca el huevo sobre la purpurina.

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Procura que la glitter se adhiera perfectamente a la superficie. En caso que no lo haga, puedes volver a incorporar pegamento y nuevamente volver a colocar el huevo en el recipiente. Recuerda realizar esta tarea con diferentes huevos y utilizando colores variados.